Después de un sábado perfecto descendiendo la cueva de Leze y Artazul, nos fuimos a por nuestro trio de Ases, el Diablozulo nos esperaba y el día y los paisajes de la zona nos hacían pensar que seria un bonito descenso.
Por lo poco que nos comentaron, este barranco es difícil cogerlo con agua, pero visto lo visto el sábado, la cosa prometía.
Una vez aparcamos en la zona descrita por la reseña, deshicimos unos 200 metros el camino de acceso y a la derecha sale un camino marcado con conchas del camino de Santiago que seguiremos hasta encontrar una linea eléctrica que se enfila hacia arriba de la montaña, la cual seguiremos primero atravesando unos campos y luego por un senderito marcado, cruzaremos una primera pista, y al encontrar la segunda seguiremos hacia la derecha unos 20 minutos hasta encontrar unas fitas que nos marcan el sendero de acceso al barranco.
Aun sin ver el barranco, ya escuchábamos el agua, ibamos a tener la gran suerte de hacer nuestro ultimo barranco del fin de y con agua, todo un lujo
Este barranco aparte de muy bonito, fue de los que ensacar la cuerda no es posible, todo era rapel tras rapel sin apenas andar, una gozaba para los que les gusta rapelar con el agua golpeando el casco.
No encontramos ningún paso complejo, y ninguna poza cubría, vamos que solo nos tuvimos que preocupar de disfrutarlo y echar una risas con los compañeros de descenso.
El descenso aunque siendo 7 personas los hicimos muy rápido, ya que disponíamos de 3 cuerdas y siempre teníamos tres rapeles montados, eso nos hizo hacer un descenso muy dinámico.
Agradecer a ese pedazo de equipo que formamos ese fin de semana, a Silvia, Juli, Miguel, Alex, Jose y Dani, hasta el momento el mejor o uno de los mejores fines de semana barranquero que e vivido.
Aquí os dejo la reseña del Diablozulo
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